Tarde aniioss en escribiir este capp... :/
No me matenn... sii es qe lo leen XD
A ver a ver… ¿Qué día es hoy? Ah, sí, sábado… Genial, no hay colegio… ¿Pero qué hora es? A ver el reloj… ¡¡Son las siete de la mañana!! ¿Qué hago despierta a las siete de la mañana? Ah, sí, ya me acuerdo… Como si Edward te quisiera así, tonta… ¡¡Como si te gustara!! Es un sueño, nada más que un sueño, además Edward no te gusta…. Oseaaaa… Mira Rose, es otro de esos chicos lindos superficiales, tontos y creídos… Aunque no lo parezca… y parezca tan hermoso… y bueno… y tierno… y… ¡Contrólate chica! Parece que te gustara… Apenas lo conoces… Bueno, a dormir un poco más… Mira a la hora que te despiertas un sábado…
Esa voz en mi cabeza empezaba a molestarme… ¿A quién se le ocurría despertarse a las siete de la mañana un sábado? A mí, solo a mí. Y además, después de haber soñado eso… ¿Cuándo fue la última vez que soñé con un chico? Nunca, nunca en mi vida… Y de repente llega este Edward y… da vuelta mi mundo. Okey, lo admito, estaba empezando a gustarme. Pero tenía que evitarlo… Sí o sí… Ese chico sí que era imposible… y yo no estaba lista para tener un amor imposible, no todavía. Yo quería seguir siendo una princesa. Me dí vuelta y me volví a dormir.
Me desperté, miré el reloj y eran las diez y media de la mañana. Me levanté y me vestí. Hoy no hacía tanto frío, así que iba a ir a dar una vuelta por La Push si es que no tenía nada que hacer. Me puse una pollera de jean oscuro, una musculosa negra y una campera violeta oscuro.
Bajé las escaleras corriendo, como de costumbre.
-Pá… ¿Tenemos algo que hacer hoy?- Le pregunté a mi papá.
-No… ¿Por qué?- Me preguntó curioso.
-Es que… quería ir a dar una vuelta por La Push por la tarde.- Le dije.
-Ah… Bueno, abrígate más porque va a hacer frío.-
-Eh… sí, claro…- Le dije, aunque no estaba préstándole mucha atención.
-¡Papá, Emily, me voy…!- Dije mientras abría la puerta, para salir.
Ah, sí, hice todo el camino a pié, y me molestó muchísimo cuando llegué a La Push. ¡Una hora caminando! Me senté un rato en la playa y cuando me dejaron de doler los pies, volví a caminar, mirando el mar.
-¿Bu?- Me dijo un chico por atrás. Me dí vuelta y lo vi. Era alto, mucho más alto que yo, tenía la piel oscuro, el pelo largo negro y los ojos negros. Tendría unos… dieciséis años.
-No me asustaste… perdiste.- Le dije, sacándole la lengua.
-Ah, qué lastima…- Me dijo él.
-Y, ¿Cómo te llamas?- Le pregunté.
-Jacob Black.- Me dijo con una sonrisa. -¿Y tú?
-Rose Allen.- Le dije. –Bueno, ya que estamos… ¿Me acompañas a caminar?- Lo dije sin pensarlo. Conocía a Jacob hacía diez segundos, y ya le hablaba como si lo conociera de toda la vida.
-¿Cuánto hace que nos conocemos?¿Quince segundos?- Me preguntó él entre risas, como si hubiera adivinado lo que yo estaba pensando –Y ya me estás invitado a salir… De acuerdo, vamos…-
No conocía a Jacob, pero es que me sentía tan… segura con él, como si fuera mi amigo de toda la vida. Así nos pasamos casi toda la tarde hablando, hasta que nos sentamos a ver el atardecer.
-Entonces… ¿qué es lo que te trae por aquí?- Me preguntó Jacob.
-No sé… un conflicto interno.- Le dije riéndome.
-Ooooh, ya veo…- Me dijo él.
-Si, bueno, es que…- Iba a hablar y me interrumpió el ringtone del celular. Atendí, era de mi casa. –Hola?
-Rose, es tarde, tienes que volver a casa…- Me dijo mi padre. Oh, genial.
-Uf, está bien.- Le dije yo.
-Adiós, nos vemos.-
-Bye… Hasta luego.- y corté. – Jake… tengo que irme… lo siento.-
-Oh, bueno… ¿te llevo?- Me preguntó.
-¿Conduces?- Le preguntó. Me había dicho que tenía dieciséis, ¿por qué el podía y yo no?
-Claro que si… ¿por qué?- Me preguntó, como si mi pregunta le hubiera hecho gracia.
-Yo no puedo.- Le dije enojada. –No me dejan hasta los dieciocho.-
-Oh.- Fue lo único que dijo.
Cuando llegué a mi casa, depués de las quejas de Emily y de papá por no haber llamado, subí a mi cuerto y prendí la computadora otra vez. ¿Quién estaba conectado? Edward Cullen. Ni bien abrí la conversación, le pedí una video llamada, y después de insistirle unas sesenta veces, aceptó.
-Hola Edward.- Le dije. –Tanto tiempo…-
Se rió –Hola Rose… ¿Cómo estás?- Me preguntó él.
-Muy bien, ¿y tú?-
-Bien.- Iba a decir algo más, pero por la camara apareció su hermano Emmett.
-¡¡Hola!! Tú eres Rose, ¿no?- Me dijo.
-Sí, hola Emmett.- Lo saludé.
-Emmett… ¿podrías no meterte?- Le dijo Edward.
-¿Qué, es tu novia?- Dijo él. Puse mis ojos en blanco y apareció Rosalie.
-Edward… ¿ella es tu novia?- Le dijo riéndose. Me dieron ganas de ahorcarla.
-Rosalie, Emmett, váyanse… ¿No estaban ocupados?- Les dijo él.
-Oh, no, esto va a ser genial… Entonces, ¿cuánto hace que salen?- Dijo Emmett. Verás, Emmett, tu hermano me gusta, pero… ¿cómo se lo digo cuando tu querida novia Rosalie se ríe de mí yo soy tan poco interesante para él? Pues no lo sé, podrías decirme? Gracias…
-¡No salimos!- Dijimos los dos a la vez.
-Oh, si, claro.- Dijo Emmett con cara de decepción. –Bueno, nos vamos. Adiós Rose.-
-Adiós Emmett.- Contesté yo. Rosalie parecía querer matar a Edward con la mirada, y se fue con Emmett sin decirme nada.
-Emm… ¿Por qué tus hermanos piensan que soy tu novia?- Le pregunté cuando sus hermanos se fueron.
-No lo sé.- Me contestó. –De verdad, no deberías ser mi amiga, Rose.-
-¿Es por eso?- Le pregunté yo. No parecía molestarle a Emmett, pero si parecía que Rosalie me odiaba.
-No, no es por eso. Es que… no es lo mejor para ti.- Me dijo.
-Por favor, yo nunca me equivoco.- Le dije, y entonces me acordé del primer día que lo vi. –Soy una buena chica-. Le hice ojitos.
-Sí que lo eres.- Me dijo con sarcasmo, dándose cuenta del chiste. –Pero te equivocas. Tengo que irme… adiós.-
-Adiós…- Le dije. Cerré la sesión sin siquiera ganas de seguir chateando, y bajé para comer.
Durante la cena no hablé con nadie, estuve pensando todo el tiempo e lo que me dijo Edward. ¿Qué no era lo mejor para mí? ¿De qué hablaba? ¿O era que yo no era lo mejor para él? ¿Cómo podía ser eso? ¿Cómo podía ser yo mala para alguien? ¿Por qué su hermana parecía odiarme tanto? ¿Por qué me preocupa tanto esto? ¿Me estaba enamorando? ¿Yo me estaba enamorando? Esta última pregunta me hizo dar un retorcijón en el estómago y de repente perdí el apetito.
-Esteemm… Pá, Emily… no… quiero más… estoy… llena.- Dije.
-Está bien, si no quieres más, no comas, Rose.- Me dijo Emily con dulzura. Era la mejor madrastra del mundo. No comí, pero me quedé en la mesa esperando a que los demás terminaran.
-Rose… ¿Te sientes bien?- Me preguntó mi papá.
-Sí, es que… no tengo mucha hambre.- Le contesté.
-Ah, bueno… Si te sientes mal avísame.-
--Estoy bien, pá, no te preocupes…-
Pero… ¿Estaba bien? Cuando todos terminaron de comer, subí corriendo las escaleras y me costé en mi cama a escuchar música, hasta que (por fin) me dormí.
lunes, 16 de marzo de 2009
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decepcion :S... que decir... ps no me gusto mucho como se conocio con Jacob ¿tenia que ser tan... aburrido y rapido? :S
ResponderEliminarbueno eso es lo malo...
lo bueno es que vas prograsando xD aunque tus capitulos se me pasan muy rapido
pero siempre iras mejorando ;)
si puedes dejar comentarios en mi blog seria estupendo (Y) auque yo no escribo grandes cosas...