sábado, 28 de febrero de 2009

Cap. 2: El primer día

El reloj despertador sonó y me levanté enseguida. Lo primero que hice fue ponerme lo que había dejado antes en la silla. Un chupín negro, una remera blanca, un buzo -negro también-, y zapatillas negras. Casi siempre me vestía de negro o colores oscuros, porque me encantaba como quedaba en contraste con mi piel que era bien pálida, mis ojos negros y mi cabello rubio.


Me miré al espejo. Sin duda era bonita sin maquillaje, así que solamente me fuí a peinar. Me volví a mirar, en el espejo del baño. Se me habían formado ondas en el pelo, pero el flequillo seguía liso como si me hubiera pasado la planchita, y gracias a eso casi me llegaba a tapar los ojos. Daba igual.
Bajé corriendo las escaleras y miré el reloj. Ay, no puede ser, se me estaba haciendo tarde. Lo único que alcancé a agarrar de la mesa fue una barra de cereal.
-¡Perdón pa, llego tarde!- Le dije cuando me dí cuenta de cómo me miraba mi padre.
-Me di cuenta, tus hermanas te están esperando.- Me dijo.
-Ok. Bye, nos vemos.- Le dije mientras iba hacia la puerta.
¿Por qué tenía que llevarlas yo? Nada más tenía dieciséis años, así que no podía ir en auto, porque mis padres se negaban a comprarme uno hasta los dieciocho. Tecnicamente nada más las estaba acompañando, pero entonces, ¿por qué teníamos que ir juntas? Ah, sí, porque yo era la mayor.
Mis hermanas me esperaban en la puerta.

-¿Qué es lo que te tomó tanto tiempo?- Me dijo Jessica ni bien llegué. -Nos estás haciendo llegar tarde el primer día.-
-Jess, ¿podrías cerrar la boca?.- Le contesté de mal humor. -Estaba ocupada-.
-Ok-
-¿Vamos?- Les dije. Las dos asiniteron.

Llegamos un poco tarde, pero las clases todavía no empezaban. Salí corriendo a averiguar qué clase me tocaba, y subí las escaleras lo más rápido que pude hatsa mi salón. Por suerte ninguno de los profesores me hizo presentarme. No es que no me gustara ser el centro de atención, pero la verdad es que solía caerme todo el tiempo, y no pensaba hacerlo en frente de todos.
El tiempo de clase pasó rapido, y hasta había hecho dos amigas: Sophie y Kelly. Me senté con ellas en el almuerzo, y con ellas se sentaron tres chicas y tres chicos.

No les presté mucha atención, la verdad es que estaba muy concentrada en mis cosas, pero entonces me di vuelta y ahí estaban. En cuanto los ví toda mi autoestima se fué al piso. Eran cinco: tres chicos y dos chicas. Eran hermosos, perfectos, más pálidos que yo, todos de ojos dorados.
Hasta ese momento me había sentido la chica má hermosa del mundo, pero yo no era nada comparada con esas dos chicas.
Pero entonces puse toda mi atención el los tres chicos. Había salido con demasiados chicos, pero ninguno se acercaba ni de lejos a ellos. Los tres eran distintos, pero igual de perfectos.

-Kelly... ¿Quiénes son esos?- Le pregunté, señalando con la mirada a su mesa.
-Ah, son los Cullen. El rubio es Jasper. Está con Alice, que es la de cabello corto, y es el hermano gemelo de Rosalie que es la rubia. Ella está con Emmett, que es el musculoso. El de cabello castaño es Edward.-
¿Qué?
-Emm... ¿Podrías explicarme de nuevo? Me perdí-. Le dije. Estaba hecha un lío.
-A ver, Jasper y Rosalie Hale, que son los rubios, son gemelos, tienen diceiocho. Emmett, Alice y Edward Cullen son hermanos, Emmett tiene dieciocho y los otros diecisiete. Jasper está con Alice, Rosalie con Emmett, y Edward está solo.- Sonrió al decir lo último.
-A que adivino... El te gusta ¿no?- Se le notaba demasiado.
-Algo, pero... ¿A quién no? Hasta tú lo estás mirando...- Tenía razón.- Pero no te ilusiones, él no sale con nadie. Vi miles de chicas invitarloa salir y a todas les dice que no. -Me dijo, pero sonó más comosi se lo estuviera recordando a ella que a mí.
-¡Oh, no creo que vaya a soportar un rechazo de el guapísimo Edward Cullen!- Dije sarcásticamente y todos los que estaban en mi mesa se rieron. Seguramente era como todos los otros chicos lindos: engreídos, egoístas... y se creían demasiado para salir con cualquier chica.

-Entonces... ¿son nuevos?- Pregunté, de repente interesada en aquella extraña familia.
-No, bueno... no tanto. Se mudaron hace dos años.- Me dijo... todavía mirando a Edward.- Desde Alaska-
-Guau.- Pobres. Alaska, Forks... Qué tortura.- Entonces... ¿Cuántas chicas intentaron ya invitarlo a salir?-

P.D.: Perdón, pero se me hizo un lío en la cabeza con los personajes de la película y los del libro que no se me ocurría como describir a los Cullen, así que puse una foto... :/

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