martes, 24 de febrero de 2009

Cap. 1: Perfección

Yo era perfecta. No necesitaba a ni a nadie ni a nada, a pesar de que tenía todo y a todos. Tenía una padre que me adoraba y me daba todo lo que quería, una madrastra que se preocupaba siempre por mí, tres hermanas menores que también me adoraban, ya que yo era sencillamente su modelo a seguir, y una madre que vivía en Italia, pero me llamaba siempre y también me adoraba. Todo el mundo me quería, y no existía una persona a la que pudiera caerle mal, simplemente porque yo era hermosa, simpática y buena. Hasta mi nombre era perfecto: Rose. Era algo anicuado y estaba muy gastado, pero me gustaba muchísimo, ya que me describía muy bien: yo era una flor, una rosa.


Mi vida también era perfecta: vivía con mi papá y mis hermanas en New York, la ciudad perfecta para mí. Casi siempre había sol, y estaba lleno de shoppings y negocios, lo que a mí me parecía lo mejor de esa ciudad.


Pero entonces algo cambió en mi vida: mi papá se había casado, y su nueva esposa, Emily, vivía en el pueblo de Forks. Aburrido, chiquito, siempre nublado... Todo lo contrario a mí.

• • •

Nos mudamos un mes después de la boda. A diferencia de mis hermanas Samantha y Jessica, yo tenìa como cinco bolsos todos con ropa y una montón de cajas con mis cosas. Era una exageración de ropa, pero como siempre, a mí me encantaba. Y estaba acostumbrada a eso, porque como casi todas mis amigas, yo era rica. Por eso a veces no entendía como mi papá se había casado con una chica común de Forks, aunque siempre después venía la respuesta: amor.
Era por eso que me costaba entenderlo. No es que no creyera en el amor, todo lo contrario, lo seguía esperando, porque a pesar de que era muy linda y había salido con muchos chicos en mi colegio, ellos solo me querían por ser bonita, y yo nunca me había enamorado de verdad.

Bajé corriendo las escaleras, haciendo equilibrio con los cinco bolsos que no sé cómo, pero iban a ir en el auto.
Viajamos en auto como doce horas(o por lo menos eso me pareció a mi) hasta que llegamos a la casa.
Ya la había visto otra veces, pero esta vez me pareció distinta. Como más... especial, probablemente, porque ahora sí parecíamos una familia: estábamos todos juntos en la puerta, abrazándonos, saludándonos y sonriendo, felices.
Ni bien saludé a Emily, subí a la que sería mi habitación. Lo único que había era una cama y un espejo, así que puse los bolsos a un costado de mi cama, porque no tenía ni ganas de acomodar todo ahora. Ni siquiera tenía hambre, y lo único que quería hacer era dormir, así que bajé y le dije a mi papá y a Emily que me iba a dormir y que no iba a comer. A mi papá le molestó, pero Emily lo dejó pasar y me dijo que vaya tranquila.

Busqué la ropa que me iba a poner mañana para ir al colegio(por dios, no podía ser, justo un día después de la mudanza, ¿no podía esperar un poco más? no, mi papà no podía) y la puse en una silla. Me acosté en la camay enseguida me quedé dormida, pensando en lo que me esperaba mañana.

1 comentario:

  1. bueno hasta ahora no me dice mucho, pero creo que esta bien, quisas un poco mas de extencion y descripcion

    procura continuar esta vez

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